You're on the phone with your girlfriend, shes upset
Shes going off about something that you said
Cause she doesn't get your humor like I do
I'm in my room, it's a typical Tuesday night
I'm listening to the kind of music she doesn't like
And she'll never know your story like I do
But she wears short skirts, I wear T-shirts
She's cheer captain and I'm on the bleachers
Dreaming about the day when you wake up
And find that what you're looking for has been here the whole time
If you could see that I'm the one who understands you
Been here all along so why can't you see
You belong with me, you belong with me
Walking the streets with you and your worn-out jeans
I can't help thinking this is how it ought to be
Laughing on a park bench, thinking to myself
Hey isn't this easy
And you've got a smile that could light up this whole town
I haven't seen it in a while since she brought you down
You say you're fine, I know you better then that
Hey what you doing with a girl like that
She wears high heels, I wear sneakers
Shes cheer captain and I'm on the bleachers
Dreaming about the day when you wake up and find
That what you're looking for has been here the whole time
If you could see that I'm the one who understands you
Been here all along so why can't you see
You belong with me
Standing by and waiting at your back door
All this time how could you not know baby
You belong with me, you belong with me
Oh, I remember you drivin' to my house in the middle of the night
I'm the one who makes you laugh, when you know you're about to cry
I know your favorite songs and you tell me about your dreams
Think I know where you belong, think I know it's with me
Can't you see that I'm the one who understands you
Been here all along, so why can't you see
You belong with me
Standing by and waiting at your back door
All this time How could you not know
Baby you belong with me, you belong with me
You belong with me
Have you ever thought just maybe you belong with me
You belong with me
domingo, 18 de octubre de 2009
viernes, 16 de octubre de 2009
Lo que deba ser, será.
¿Quién escribe el destino? ¿Somos marionetas del destino? O ¿controlamos nuestras vidas?
Cada día avanzamos en nuestra vida, inocentemente, mientras la trama se va entrelazando, mientras el destino se va configurando…
Podemos cambiarlo, pero tarde o temprano, el destino viene a buscarnos….
El destino es como un ejército de hormigas laboriosas. Miles de hormiguitas haciendo su parte del trabajo. Uno cree que controla su vida, pero el destino lentamente se va configurando. Una serie de circunstancias, decisiones y casualidades van construyendo el destino. Cabos sueltos, detalles ínfimos, imprevistos.
El destino es una gran chef que mezcla los ingredientes preparando el plato que tiene para nosotros. Es una maquinaria precisa y minuciosa que va reuniendo todas las piezas. Dormimos, amamos, trabajamos o cantamos ajenos a los que el destino escribió para nosotros…
¿Quien escribe el destino? ¿Nosotros? ¿Alguien? ¿Un dios? ¿Varios? ¿Nadie? ¿Todo es azaroso?. Nos sentimos artífices, alquimistas. Nos creemos dioses poderosos e invencibles, y solo somos marionetas del destino…
En el lugar menos pensado, de una manera imposible de imaginar, todo se va armando. Avanzamos inconscientemente mientras la trama se va entrelazando de forma misteriosa, un mecanismo de relojería asido por el destino. Aunque corramos en la dirección contraria no se puede escapar, porque no somos nosotros lo que vamos hacia el destino, sino este el que viene a buscarnos tarde o temprano…
El destino es como un señor muy viejo y sabio, es un profesional de todas las profesiones. El destino a veces es realista, urde y entrelaza la trama con pericia. Como buen guionista pone personajes en el momento y en el lugar indicado que permite que la acción avance hacia donde él quiere que avance. Así escribe el destino, dando giros a la historia permanentemente.
El destino es un gran ingeniero. Hace grandes construcciones, joyas de ingeniería. Con paciencia milenaria construye castillos inmensos. Cuida cada detalle, encaja las piezas con precisión, pero, el destino construye sus castillos con cartas de mesa. Una mala movida, una sola carta que se saque y el castillo colapsa.
El destino es estratega. Mueve las fichas, despliega sus tropas en el campo de batalla y sabe cómo dar su golpe certero…
El destino es como un superhéroe con poderes ilimitados, puede todo. Puede con todo. Pero como todo superhéroe tiene una debilidad, y la debilidad del destino, son las acciones humanas. Eso, es lo único que puede cambiarlo como una simple piedrita verde puede debilitar a Superman, lo único que puede cambiar el destino, son las acciones humanas…
Las acciones y decisiones acertadas podrán cambiar el destino, o ir finalmente a su encuentro, pero en definitiva, lo que deba ser, será.
Cada día avanzamos en nuestra vida, inocentemente, mientras la trama se va entrelazando, mientras el destino se va configurando…
Podemos cambiarlo, pero tarde o temprano, el destino viene a buscarnos….
El destino es como un ejército de hormigas laboriosas. Miles de hormiguitas haciendo su parte del trabajo. Uno cree que controla su vida, pero el destino lentamente se va configurando. Una serie de circunstancias, decisiones y casualidades van construyendo el destino. Cabos sueltos, detalles ínfimos, imprevistos.
El destino es una gran chef que mezcla los ingredientes preparando el plato que tiene para nosotros. Es una maquinaria precisa y minuciosa que va reuniendo todas las piezas. Dormimos, amamos, trabajamos o cantamos ajenos a los que el destino escribió para nosotros…
¿Quien escribe el destino? ¿Nosotros? ¿Alguien? ¿Un dios? ¿Varios? ¿Nadie? ¿Todo es azaroso?. Nos sentimos artífices, alquimistas. Nos creemos dioses poderosos e invencibles, y solo somos marionetas del destino…
En el lugar menos pensado, de una manera imposible de imaginar, todo se va armando. Avanzamos inconscientemente mientras la trama se va entrelazando de forma misteriosa, un mecanismo de relojería asido por el destino. Aunque corramos en la dirección contraria no se puede escapar, porque no somos nosotros lo que vamos hacia el destino, sino este el que viene a buscarnos tarde o temprano…
El destino es como un señor muy viejo y sabio, es un profesional de todas las profesiones. El destino a veces es realista, urde y entrelaza la trama con pericia. Como buen guionista pone personajes en el momento y en el lugar indicado que permite que la acción avance hacia donde él quiere que avance. Así escribe el destino, dando giros a la historia permanentemente.
El destino es un gran ingeniero. Hace grandes construcciones, joyas de ingeniería. Con paciencia milenaria construye castillos inmensos. Cuida cada detalle, encaja las piezas con precisión, pero, el destino construye sus castillos con cartas de mesa. Una mala movida, una sola carta que se saque y el castillo colapsa.
El destino es estratega. Mueve las fichas, despliega sus tropas en el campo de batalla y sabe cómo dar su golpe certero…
El destino es como un superhéroe con poderes ilimitados, puede todo. Puede con todo. Pero como todo superhéroe tiene una debilidad, y la debilidad del destino, son las acciones humanas. Eso, es lo único que puede cambiarlo como una simple piedrita verde puede debilitar a Superman, lo único que puede cambiar el destino, son las acciones humanas…
Las acciones y decisiones acertadas podrán cambiar el destino, o ir finalmente a su encuentro, pero en definitiva, lo que deba ser, será.
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